«Silencio en la noche / ya todo esta en calma / el músculo duerme / la ambición descansa» dice el tango y uno siente la poesía en la piel mientras recorre la calle vacía y mojada, mientras se regresa a casa para ser uno más en ese descanso; ser uno más en el silencio y en ese olvido momentáneo que es el sueño de cada noche. Mientras tanto, uno observa la calle vacía y sabe que no es uno más, sino que es el único que le da vida a esa imagen que, de otro modo, pasaría desapercibida y olvidada para siempre.
La piel de las cosas 
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Poesía, una calle solitaria y tu dandole vida.
Saludos compañero!
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Por eso me gusta salir a caminar de noche, se tiene la ciudad para uno solo y los pensamientos vuelan libres. Con ser dueño de esa libertad ya me siento (y soy) millonario.
Un abrazo.
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Si miro la calle… existirá, pero si no la mira nadie …¿ seguirá ahí? Me recuerda esta bella reflexión tuya a las partículas nano o nanopartículas ; de una película titulada:”Y tú qué sabes?” .
Poesía y física quantica! Es tu comentario.
Saludos afectuosos
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¡Claro! Es la filosofía idealista de Berkeley… jugué con esa idea al escribir el texto. Me alegra que lo hayas notado y considerado bajo una nueva luz.
Recuerdo la película (la cual tenía ideas más bonitas que acertadas, por cierto, pero que igual valen, al menos en el aspecto poético).
Un abrazo.
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Me encanta leer cuanto escribes ; ¡más aún si el tema es Filosofía!
Saludos afectuosisimos
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Gracias, Carmen; es un alago tal vez inmerecido pero que lo guardo con todo el afecto que puedas imaginar.
Un abrazo.
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